Wednesday, March 05, 2008

Las causas fueron las lluvias y la musica pedorra.

Invasión de boludos en la Capital
Es una especie común en el verano. Afectó, sobre todo, a los barrios del norte.

Los manotazos no sirvieron de mucho. Los mogolikius chetaius, una insistente especie de boludos silvestres, volvieron a la carga una y otra vez hasta sacar de quicio a los porteños. Ocurrió entre la noche del miércoles y ayer, después de que el viento trajera una verdadera melodia de regueton vino acompañada por una gran masa de mongochetos, que suelen frecuentar espacios verdes.

"Casi no pude dormir: en mi habitación había dos mongochetos rompiendo las bolas y amanecí con los huevos al plato", contó Marta Fernández, una vecina de Balvanera, exhibiendo su cuarto enkilombado. Es que la variedad de mongos silvestres que apareció en la Ciudad es bastante molesto. Tanto que suele asolar al ciudadano común de la región costera.

Al mismo tiempo, aparecieron grandes cantidades de otros imbéciles, parecido al mongocheto pero de mayor tamaño. "Son los frikidius palermitanius, que no hablan. Las que sí hablaron fueron las hembras del mogolikius chetaius, que es el mongocheto que suele atormentarnos a los porteños en las plazas, boliches y playas en verano. En enero no hubo porque se fueron todos a la costa de este y de otros paises", explicó Carlos Castiñeiras, coordinador de Programas Especiales de la Dirección de Política y Evaluación de Boludos y Taradosl, que depende de la Subsecretaría de Medio Ambiente Estupido porteño.


"El Servicio Meteorológico Nacional nos informó que el miércoles hubo ráfagas de hasta 100 kilómetros por hora. Estos vientos desplazaron a los mongochetos desde los espacios verdes y playas hacia los boliches y viviendas de la caiptal", contó Castiñeiras.

La mayor cantidad de quejas llegó desde la zona norte de la Capital, que está en el área de influencia de los lagos de Palermo. Sin embargo, el fenómeno afectó a toda la Ciudad y muchos de los boludos podrían haber llegado desde lugares más lejanos.

Castiñeiras aseguró que, como los vientos amainaron y el hábitat de los mongochetos silvestres no son las viviendas, ayer los boludos tendían a desaparecer. De todas maneras, recomendó: "No hay que tener reservorios de alcohol, pastillas para saltar y de minitas lindas porque los boludos buscan lugares con estas cosas". Según explicó el funcionario, este año en la Reserva Ecológica se detectaron 37 especies diferentes de moongochetos boludos.
Dick Pete Anderson

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