El jueves pasado Fernandino – alias Fefi- logra divisar su canario muerto tras recibir 176 zarpasos de gato, en el lomo, la cabeza y los huesitos de las patas.
Presumiendo que el agraviante del hecho fue el gato del alojamiento vecino decide tomar la justicia por sus propios medios. El animal felino de la propiedad siguiente recibe cientos de pequeñas explosiones producto de pirotecnia guardada de 1986 y ajustada a su lomo por una faja de neoprene.
El joven asesino declaró desde el Hospital Psiquiátrico Cesar Bana. Puerredon
a u nuestro blogg las siguientes palabras: "Cada vez que recuerdo como exploto el gato, me pongo rojo de la felicidad. ¡Carajo, que vale la pena estar vivo!".
a u nuestro blogg las siguientes palabras: "Cada vez que recuerdo como exploto el gato, me pongo rojo de la felicidad. ¡Carajo, que vale la pena estar vivo!".
Para Fer.
No comments:
Post a Comment